Introducción:

A. El problema plateado con esta curación es que Mateo habla de dos ciegos, en tanto que Marcos y Lucas hacen mención de uno, a quien Marcos llama Bartimeo. Además, según Mateo y Marcos el milagro ocurrió al salir Jesús y sus discípulos de Jericó; pero según Lucas, al acercarse a Jericó.

  1. No hay contradicción entre lo que dice aquí: “al salir de Jericó”, y Lc. 18:35: “acercándose Jesús a Jericó”. Sucede que había dos Jericós, la ciudad vieja y la nueva, separadas entre sí, de manera que probablemente este milagro tuvo lugar entre ambas. (Morris, C. A. (1992). Comentario bı́blico del continente nuevo: San Marcos (p. 187). Editorial Unilit).
  2. Mateo añade que el Sanador “compadecido” (o: movido a compasión”) “tocó” los ojos y efectuó la curación. Marcos informa que Jesús dijo, “Vete, tu fe te ha sanado”. Y Lucas dedica dos versículos enteros a la conclusión, repitiendo algo de lo que los otros dos han consignado, y añadiendo ciertos detalles: Jesús le dijo al ciego, “recibe la vista”; el hombre sanado le seguía “glorificando a Dios”; y “todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios” (Lucas 18:42, 43).

B. Marcos registra el último milagro de Jesús y en el se expresa su ternura.

I. Su situación. Marcos 10:46-47.

A. Jesús, sus discípulos y una multitud. “Entonces llegaron* a Jericó. Y cuando Él salía de Jericó con Sus discípulos y una gran multitud” Marcos 10:46 NBLA.

B. Marcos destaca su nombre. “un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino.” Marcos 10:46 NBLA.

  1. “Si bien Bartimeo no podía ver a Jesús, sí podía oír el bullicio de la multitud. Después de investigar, se da cuenta de que quien pasaba era Jesús de Nazaret. Seguramente antes ya había oído acerca de Jesús, puesto que al recibir la noticia, inmediatamente grita, “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí”.”(Hendriksen, W. (1998). Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Marcos (p. 425). Libros Desafío).
  2. “¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?”, él estaba entre los pocos que eran capaces de dar una respuesta mejor que la que daba la gente en general (Marcos 8:28).

B. Bartimeo implora a Jesús que tenga misericordia de él: “Cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: «¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!»” Marcos 10:47 NBLA. Deseaba que Jesús tuviese compasión de él. Su situación es deporable, es ciego y es mendigo. Dependía de la generosidad de la gente para buscar su sustento.

  1. “HIjo de David”, este es un término sinónimo al de “Mesías”. Este significado era sabido por los sacerdote, que cuando hacían referencia a Jesús se enojaban, Mateo 21:15-16; Marcos 12:35-37. (la referencia mesiánica lo relacionan con el Hijo de David Jeremías 23:5-6; Ezequiel 34:23-24).

II. Su persistencia. Marcos 10:48.

A. La gente le reprendía. “Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten misericordia de mí!»” Marcos 10:48 NBLA. Su persistencia es evidente aquí. Su fe le hizo clamar hasta ser oído, Joel 2:32.

  1. Bartimeo nos enseña a cómo debe ser nuestra fe, capaz de cruzar multitudes. La fe en el cristiano a es algo imprescendible.
  2. “Posibles respuestas: a. La gente tenía prisa por llegar a Jerusalén y no quería que aquel mendigo ciego retuviera a Jesús; b. estimaban que sus gritos no estaban en consonancia con la dignidad de la persona a quien se dirigía; c. no deseaban que Jesús fuese proclamado públicamente como “el Hijo de David”; y d. sabían que a sus dirigentes religiosos no les gustaría aquello.” (Hendriksen, W. (1998). Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Marcos (p. 426). Libros Desafío).
  3. El aún más gritaba. Se percibe una loable persistencia. Esto es a su favor, porque deseaba que el “Hijo de David” mostrara su compasión hacia él. Se denota una fe, a pesar de la adversidad.

III. La maravillosa bendición que recibe. Marcos 10:49-52

A. A llamado la atención de Jesús. Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo». Y llamaron* al ciego, diciéndole: «¡Anímate! Levántate, que te llama».” Marcos 10:49 NBLA. Jesús se muestra compasivo ante el llamado de Bartimeo, le llama a su lado a saber que deseaba de él. Salmo 145:18-19.

B. Bartimeo responde con prontitud. “Arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús.” Marcos 10:50 NBLA. No todos respondemos con prontitud al llamado del Hijo de David.

  1. Vemos a Bartimeo que, sin un instante de vacilación, se pone en pie de un salto, tira a un lado el manto, y libre de todo estorbo corre de prisa a Jesús.
  2. Hay varios ejemplos en las Escrituras de gente que lo dejo todo para seguir a Cristo. Lucas 5:27-38; Filipenses 3:8.

C. Jesús le pregunta con mucha ternura. “Y dirigiéndose a él, Jesús le preguntó: «¿Qué deseas que haga por ti?». Y el ciego le respondió: «Rabonía, que recobre la vista».” Marcos 10:51 NBLA. Jesús ya sabía lo que demandaba Bartimeo; pero quería que el mismo lo expresara. Bartimeo menciona que desea ser sanado y restaurar su vista.

  1. Al decir “Maestro”, empleó el título de “Rabboni” que significa “mi maestro”

D. Recobra la vista inmediatamente. “«Vete, tu fe te ha sanadoa», le dijo Jesús. Al instante el ciego recobró la vista, y lo seguía por el camino.” Marcos 10:52 NBLA. Su fe le había sanado, Lucas 10:42-43. Lo bendijo no sólo fisicamente, sino espiritualmente. (Salmo 50:15; 1 Corintios 10:31).

  1. Que ejemplo tan maravilloso, recibió la vista inmediatamente.
  2. Y Bartimeo quería estar con Jesús quién le devolvió la vista. Demostró gratitud, le siguió aún cuando Jesús no se haya pedido.

Conclusión.

A. Bartimeo recibió sanación gracias a su fe. El resultado fue inmediato, y es lo que esperaba que sus ojos fueran abiertos.

B. Le siguió gozoso. Su gratitud le llevó a expresar gratitud por lo que había recibido. No fue a su casa, sino que le siguió. Algunos sugieren que Bartimeo se convirtió al evangelio y fue compañero de Marcos.

C. El arreglo del relato de Marcos al presentar la sanidad de Bartimeo (ciego), era para indicar la misión del Mesías como se indica en Isaías 35:5. Es un prefacio al relato que nos sigue en Marcos 11.

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