INTRODUCCIÓN:
A. Después de la declaración que Dios hace sobre el hecho de que Jesús es el Hijo divino (Mateo 3.17)”Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.», Cristo fue llevado al desierto para ser tentado.
B. A menudo, la tentación viene rápidamente después de un apogeo espiritual.
C. Esta prueba en el desierto serviría para demostrar el carácter de Jesús a medida que comenzaba Su ministerio.
D. R. T. France señaló además: «La concepción de Jesús como el verdadero Israel, ya afirmada por Mateo en 2.15, aquí llega a una expresión más plena» en estas tentaciones. (R. T. France, The Gospel According to Matthew (El Evangelio según Mateo), The Tyndale New Testament Commentaries (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co, 1985), 97)
I. EL ESCENARIO (MATEO 4.1, 2)
A. “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.”
- Después de los extraordinarios acontecimientos que rodearon Su bautismo (Mateo 3.13–17 “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. 14Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. 16Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.»),
- Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, donde soportó la prueba de la tentación. Marcos escribió: «Y luego el Espíritu le impulsó al desierto» (Marcos 1.12). Lucas dice que Jesús «… fue llevado por el Espíritu al desierto» (Lucas 4.1).
B. El verbo «llevado» en la descripción de Mateo indica que Jesús salió del valle del Jordán hacia una mayor elevación en el desierto. Si bien no sabemos exactamente dónde estaba este desierto, según la tradición se situaba en algún lugar de la sierra escarpada entre Jericó y Jerusalén.
C. El monte que más a menudo se nombra como el lugar es el Monte «Cuarenta». Localmente conocido como «el Monte de la Tentación», este sitio se encuentra a más de dos kilómetros al oeste de Jericó.
D. El Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo. Dependiendo del contexto, puede sugerir una «prueba o juicio» o «una tentación o seducción». El diablo fue el agente aquí que estaba probándolo, y ello es indicación de que Jesús estaba siendo tentado a hacer el mal.
E. Si bien Dios prueba a las personas, no las tienta a hacer el mal (Santiago 1.13 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;»).
F. Permite que el diablo tiente a las personas, sin embargo, siempre provee una vía de escape (1ª Corintios 10.13 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.»).
G. La tentación de Jesús fue de acuerdo a la voluntad de Dios. Este encuentro con el diablo no fue un encuentro casual; fue planeado e ideado.
H. Satanás sabía que encontraría a Jesús, y Jesús sabía que de alguna manera Satanás vendría a Él. Era necesario que Jesús fuera tentado «a fin de ser probado y comprobado» para la obra que Dios había elegido que hiciera. Hebreos 4.15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
I. «Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.” En preparación para Su encuentro con el tentador, Jesús había ayunado cuarenta días y cuarenta noches. Lucas lo expresó más simplemente: «… no comió nada en aquellos días» (Lucas 4.2).
- Este período de ayuno corresponde con el de los grandes líderes de Israel en el Antiguo Testamento. Moisés ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches en el monte Sinaí antes de recibir la Ley (Éxodo 34.28; Deuteronomio 9.9; 10.10).
- Elías ayunó el mismo período de tiempo cuando huía de la ira de Jezabel, después de derrotar a los profetas de Baal en el monte Carmelo (1º Reyes 19.8). En cada uno de estos casos, el ayuno se hizo por una razón espiritual. Fiel a Su estilo, Jesús ayunó en contemplación de Su próximo ministerio y en preparación para Su encuentro con el tentador.
J. El resultado del ayuno de Jesús fue que entonces tuvo hambre. El hambre lo vuelve a uno físicamente débil y también hace que uno centre su atención en los alimentos, descuidando otras preocupaciones —incluidas las necesidades espirituales. No únicamente estuvo Jesús abrumado por el hambre, sino que también estuvo sujeto a los peligros del desierto. Marcos dijo que Jesús «estaba con las fieras» (Marcos 1.13).
II. LA PRIMERA TENTACIÓN (Mateo 4.3, 4)
A. Lo indicado en el Versículo 3 “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.” Mientras Jesús estaba débil y hambriento, Satanás llegó y lo confrontó.
B. Mateo lo presentó como el tentador, sugiriendo que su objetivo era convencer a sus víctimas a hacer el mal (vea 1ª Corintios 7.5; 10.13; 1ª Tesalonicenses 3.5).
- En el texto no hay indicación en cuanto a la forma física, si así fue, adoptada por Satanás en esta ocasión en particular.
- Satanás se burló de Jesús torciendo las palabras que Dios utilizó para alabarlo (vea Mateo 3.17). Dijo: «Si eres Hijo de Dios…». El tentador le asestó un golpe a la afirmación de Jesús.
- La construcción gramatical griega permite que lo que Satanás quiso decir se lea: «Puesto que eres el Hijo de Dios, muéstrame lo que puedes hacer».
C. Satanás se acercó a Jesús cuando estaba físicamente débil (Mateo 4.2). Busca atacar a las personas cuando se encuentran en sus momentos más débiles. Aprovechándose del hambre extrema de Jesús, le dijo: «di que estas piedras se conviertan en pan».
- Los dolores intensos por hambre han llevado a las personas a hacer muchas cosas irracionales. Un ejemplo impactante y grotesco es el de madres comiéndose a sus hijos durante una hambruna relacionada con el sitio en Samaria (2º Reyes 6.28, 29).
D. Las piedras eran abundantes en el desierto (vea Mateo 3.9), y algunas podrían haber tenido la forma del pan habitualmente consumido por Jesús (vea Mateo 7.9).
- Convertir las piedras en pan habría sido fácil para Jesús. Más adelante, convirtió el agua en vino y alimentó a multitudes con unos pocos peces y un puñado de pan (Juan 2.6–11; Mateo 14.13–21; 15.32–38).
- Satanás buscó hacer que Jesús desconfiara de la provisión de Dios.
E. Lo indicado en el versículo 4 “El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”. En lugar de utilizar Su poder divino para resistir estas tentaciones, Jesús las confrontó de la misma manera que todo ser humano tiene que confrontarlas, esto es, confiando en el poder de la Palabra de Dios.
- Respondió a esta tentación, como lo hizo con cada una de ellas, con palabras de las Escrituras, diciendo: «Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Su cita proviene de Deuteronomio 8.3 en la Septuaginta.
- El pasaje se refiere de cuando Dios le está enseñando a Su «hijo» Israel (Éxodo 4.22) a depender de Su provisión (Éxodo 16; vea Salmos 78.17–20). Después de que el pueblo de Dios salió de Egipto, Este probó la fe de ellos al permitir que tuvieran hambre en el desierto y murmuraran contra Moisés y Aarón.
- Algunos de ellos deseaban regresar a Egipto, donde regularmente había comida todos los días. A pesar de la falta de fe de ellos, Dios, en Su gracia, los cuidó enviándoles maná, es decir, «pan del cielo». Dios estaba enseñándole a Su pueblo a confiar en Él.
- Jesús, a diferencia del antiguo Israel, demostró la debida confianza como Hijo de Dios. No se quejó contra Dios ni tomó el asunto en Sus propias para Sus necesidades.
F. Leon Morris aseveró acertadamente que la frase «No sólo de pan vivirá…» «no niega la importancia del pan (en Palestina era casi sinónimo de “alimento”), sin embargo, niega su importancia exclusiva. Una vida sostenida por el alimento únicamente es una vida muy pobre».
- Jesús dijo: «Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra» (Juan 4.34). Además, enseñó a Sus discípulos a no procurar las cosas materiales (comida, bebida, ropa), sino a poner de primero el reino de Dios en sus corazones (Mateo 6.31–33).
III. LA SEGUNDA TENTACIÓN (Mateo 4.5–7)
A. Lo indicado en el Versículo 5 “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,...” Después, el diablo llevó a Jesús a Jerusalén, a la que se conoce como la santa ciudad (vea Nehemías 11.1, 18; Isaías 48.2; 52.1; Daniel 9.24; Apocalipsis 11.2).
- En los tiempos de David, Jerusalén se convirtió en la capital de Israel. Como tal, fue el lugar donde su hijo Salomón construyó un templo sagrado para el Dios vivo. Por lo tanto, la presencia misma de Dios hizo que la ciudad fuera «santa». Al final de Apocalipsis, el lenguaje es transferido a la ciudad celestial, la nueva Jerusalén, donde Dios morará con Su pueblo (Apocalipsis 21.2, 10; 22.19).
- Satanás no tuvo el poder de hacer que Cristo hiciera cualquier cosa que no eligiera hacer. En este sentido, decir que Satanás le llevó (vea Mateo 4.8) sugiere solamente que lo condujo a ese lugar y que Jesús cumplió voluntariamente con seguirle. Nada en el texto indica otra cosa excepto una manera normal de trasladarse.
B. En Jerusalén, el diablo puso [a Jesús] sobre el pináculo del templo. El término «pináculo» puede traducirse más literalmente como «ala», se refiere al punto más alto («cúspide») o extremidad («límite»). No se aprovechó del poder del Espíritu Santo dado a Él en Su bautismo para Su propio beneficio.
- En lugar de ello, humildemente confió en que Dios cumpliría Sus promesas y le proveería.
- La palabra griega, traducida «templo», normalmente designa el complejo del templo. La ubicación exacta en el monte del templo donde Jesús estuvo es una incógnita. Robert H. Gundry enumeró tres posibilidades: 1) el pináculo del templo mismo, 2) el dintel de la puerta de acceso al templo y 3) la esquina sureste del patio exterior (en el Pórtico Real).
- La tercera opción supondría la caída más profunda, «casi sesenta y un metros de caída al valle del Cedrón». Josefo describió el descenso: “[El Pórtico real] merece ser mencionado más que cualquier otro bajo el sol, porque si bien el valle era muy profundo y su fondo no podía verse, […] si alguien miraba abajo desde lo alto de las pilastras, o abajo desde ambas altitudes, le daría vértigo [se marearía], mientras que su vista no podía llegar a tan inmensa profundidad.” (Josefo Antigüedades 15.11.5.)
C. Puede que Satanás haya llevado a Jesús al monte del templo en Jerusalén debido a una creencia particular que tenían los judíos en relación con el mismo. Una tradición rabínica posterior dice: “«Cuando el rey, el Mesías, se manifieste, vendrá y se posará sobre el tejado del templo».”
D. Lo indicado en el Versículo 6 “y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: a sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.” Satanás le estaba instando a Jesús probar Su identidad, pues dijo: «Si eres Hijo de Dios, échate abajo». Para apoyar su desafío, el diablo citó Salmos 91.11, 12, donde Dios prometió enviar a sus ángeles a rescatar a los fieles, pues dice: «En sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra». Morris explicó: “«Satanás está sugiriendo que el cuidado de los ángeles será tal que del todo será imposible el más mínimo contratiempo. ¡Ni siquiera se golpearía un dedo del pie!»”. (Morris, 76.)
- En este versículo y en el relato de Lucas (Lucas 4.10, 11), a Satanás se le describe citando las Escrituras. Pese a que citó correctamente el pasaje, lo sacó de contexto.
E. Lo indicado en el Versículo 7 “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.”. Jesús corrigió el mal uso que el diablo hizo de este texto demostrando con las Escrituras que el pasaje iba destinado a alentar a las personas y nunca tuvo la intención de probar a Dios.
- Una vez más, citó de Deuteronomio: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios (Deuteronomio 6.16).
- Este pasaje se refiere a cuando Israel tentó a Dios en Masá, hecho que se registra en Éxodo 17.1–7. Cuando Israel estaba en Refidim en el desierto, no hallaron agua para beber. Murmuraron contra Moisés y tentaron a Dios. Preguntaron: «¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?». Al lugar se le llamó «Masah» («prueba») y «Meriba» («rencilla»). Al citar Deuteronomio 6.16, Jesús estaba declarando que Él no pondría a prueba a Dios. Confiaba en Su padre y no le iba a fallar como había hecho Israel.
IV. LA TERCERA TENTACIÓN (MATEO 4.8–10)
A. Lo indicado en el Versículo 8 “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,...” Jesús vino a este mundo para ser Rey sobre el reino prometido de Dios. Si Dios había de hacer que así sucediera, Jesús tenía que experimentar la cruz. Satanás le estaba presentando un camino más corto a la gloria, a saber: le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.
- La escena nos recuerda de cuando Moisés subió el monte Nebo y miró la tierra prometida en todas direcciones (Deuteronomio 3.27; 34.1–4). La palabra (kosmos) en este contexto podría indicar el «mundo» en un sentido limitado, como sucede en otros pasajes (Romanos 1.8; 4.13; Colosenses 1.6).
- Si este es el caso, lo más probable es que kosmos se refiera a Palestina únicamente. Algunos, por otro lado, podrían argumentar que el diablo y Jesús estaban literalmente viendo «todos los reinos» de todo el mundo. Sea que Jesús vio literalmente todos los reinos, algunos de los reinos o simplemente los vio en Su mente, tiene poca importancia para efectos de esta tentación.
B. Lo indicado en el Versículo 9 “y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” El Antiguo Testamento indicaba que el Mesías reinaría sobre todas las naciones (Salmos 2.6, 8; 72.8–11; Daniel 7.14).
C. Sin embargo, este gobierno universal tendría lugar únicamente después del sufrimiento y muerte de Cristo (Mateo 28.18; Filipenses 2.8–11).
- En pocas palabras, Satanás estaba tentando a Jesús a tomar el camino de menos resistencia, pues le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
- ¿Cómo podía Satanás ofrecerle los reinos del mundo a Jesús? Según Lucas, Satanás también dijo: «… porque a mí me ha sido entregada [todo este dominio], y a quien quiero la doy» (Lucas 4.6). Si la declaración del diablo tiene algo de credibilidad, entonces es claro que Dios le permitió una medida de autoridad sobre el mundo.
- Esta interpretación concuerda con otros pasajes que describen a Satanás con poder limitado como «príncipe de este mundo» (Juan 16.11) y «dios de este siglo» (2ª Corintios 4.4).
D. Lo indicado en el Versículo 10 “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” Jesús comenzó Su respuesta diciendo: «Vete, Satanás…». Una expresión similar aparece más adelante en Mateo, cuando Jesús le dijo a Pedro: «¡Quítate de delante de mí, Satanás!» (Mateo 16.23). En esa ocasión, el diablo estaba usando a Pedro para tentar a Jesús, procurando una vez más persuadirlo a evitar la cruz. En este contexto, Jesús le estaba diciendo a Satanás que saliera de Su presencia.
E. Una vez más, Jesús respondió al diablo con las Escrituras. Citó Deuteronomio 6.13 de la Septuaginta, diciendo: «… porque escrito está: al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás».
- En cada respuesta, Jesús citó del libro de Deuteronomio. El contexto original de esta cita contiene una advertencia para Israel.
- Después de que el pueblo entró en la Tierra Prometida, serían tentados a olvidar que fue el Señor quien los había bendecido de acuerdo a Sus promesas pactales.
- Por otra parte, serían influenciados a adorar a los dioses de los cananeos (a veces para sacar provecho político). Deuteronomio 6.14, 15 dice: «No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra».
F. Mientras el pueblo de Dios, Israel, fracasó reiteradamente por adorar a los dioses cananeos, el Hijo de Dios, Jesús, fue totalmente fiel en Su devoción al Padre. Se negó a postrarse ante Satanás.
- Su único camino al trono consistió en un total compromiso con Dios. Morris dirigió la atención a la palabra «sólo» y escribió: «La palabra sólo es importante. Merece la pena reflexionar en que, si bien Satanás le ofreció a Jesús soberanía sobre toda la tierra si tan sólo le adoraba, Jesús sólo adoró a Dios y le fue dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mateo 28.18)». (Morris, 78.)
- Cristo tuvo que soportar la cruz antes de poder llevar la corona. La única manera que podemos llevar la «corona de la vida» (Apocalipsis 2.10) es seguir Su ejemplo de fidelidad (1ª Pedro 2.21–25).
CONCLUSIÓN (Mateo 4.11)
A. Lo indicado en el Versículo 11 “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”. Después de la tercera tentación, de conformidad con el mandamiento de Jesús (Mateo 4.10), el diablo entonces le dejó. Lucas 4.13 registra que Satanás entonces «se apartó de él por un tiempo».
B. Las tentaciones en el desierto no fueron las únicas que Jesús experimentó, pues «fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado» (Hebreos 4.15).
C. Satanás tentó a Jesús durante el camino a la cruz. Pudo haber sido tentado cuando una turba de judíos trató de forzarlo a ser rey (Juan 6.15), cuando las multitudes le pedían señales (Lucas 11.29) y cuando uno de Sus discípulos le tentó a evitar la cruz (Mateo 16.21–23).
D. Incluso, cuando colgaba de la cruz, las tentaciones de Satanás podían escucharse de entre la multitud que gritaba: «Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz» (Mateo 27.40). En su búsqueda de las almas, Satanás es como un animal salvaje que continuamente acecha a su presa (1ª Pedro 5.8).
E. Después de que Satanás le dejó, he aquí vinieron ángeles y le servían. El autor de Hebreos se refirió a los ángeles como «espíritus ministradores» (Hebreos 1.14). Sin duda, alentaron a Jesús después de que fue tentado por Satanás, al igual que lo hizo un ángel después de que Jesús oró fervientemente en Getsemaní (Lucas 22.43).