Tal vez uno de los temas más controvertidos entre los que se llaman cristianos es los dones del Espíritu Santo, los dones milagrosos.  Muchos afirman que todavía están en vigor hoy y muchos dicen que ya cesaron.  Pero lo importante no es lo que los hombres dicen, sino lo que enseña la Biblia en respecto a eso.

 

Después de discutir estos dones en el capítulo 12 de 1 Corintios, el capítulo termina con: “Procurad, pues, los dones mejores; mas yo os muestro un camino aún más excelente.” (1 Cor. 12:31 RV60)  Guiado por el Espíritu Santo, el apóstol Pablo escribió que hay algo aún más excelente que los dones.   Según lo que sigue, lo más excelente es el amor.  En 1 Cor. 13:1-3 tenemos ilustraciones de lo superior que es el amor a los dones milagrosos—v. 1, si uno puede hablar todos los idiomas del mundo y aún el idioma de los ángeles pero no tiene amor, dice Pablo, no es nada.  El más experto en hablar idiomas sin amor, delante de Dios, es alguien vacío.  El que entiende toda profecía, todo misterio, y todo ciencia pero no tiene amor no es nada (v. 2).  El amor es más importante de estos dones, por importante que fueron. 

 

Después de un paréntesis que explica que clase de amor es indicado el escritor vuelva al tema de los dones milagrosos y 13:8 dice, “El amor nunca deja de ser. Pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas, y se acabará el conocimiento.”  Es importante notar aquí que se trata de los dones milagrosos, no de cosas “normales”.    Profecia significa hablar por Dios, inspirado por el Espíritu Santo.  Hablar en lenguas era hablar un idioma que uno nunca ha estudiado, un don del Espíritu Santo.  (Hech. 2:6-12)  También el conocimiento no es conocimiento adquirido por estudio o experiencia, sino algo dado directamente por el Espíritu Santo.  Aquí dice claramente que los dones milagrosos se acabarán.  La pregunta que sigue es cuando será

 

Si seguimos leyendo el verso 9 nos ayuda, “porque en parte conocemos, y en parte profetizamos”.  Los dones de profecia, hablar en lenguas, palabra de sabiduria y palabra de ciencia no fueron dados a todos, sino a algunos (1 Cor. 12:8-10).  Dice alli, “a este es dado por el Espíritu palabra de sabiduria, a otro, palabra de ciencia”—obviamente los dones fueron esparcidos a varias personas, no a uno solo.  Aun la profecia no fue completo—ningun profeta lo tenia todo.  Por eso el verso 9 dice “en parte conocemos y en parte profetizamos”.  Ellos no tenian el Nuevo Testamento escrito, como lo tenemos hoy.  Tenian solamente parte aquí, parte alla.  Los dones fueron necesarios hasta que vino la revelacion completa, o sea el Nuevo Testamento (El Antiguo Testamento ya tenia siglos escrito y aun traducido al griego).  Si recuerda, uno de los propósitos de los dones fue para guiar a los apostoles a toda la verdad (Juan 16:13)

 

Y el verso 10 sigue aclarando, “mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará”.  ¿Cúal es “en parte”?  Los dones fueron “en parte”, entonces cuando vengo “lo perfecto” los dones acabarán.  ¿Qué es “lo perfecto” entonces?  ¿Será Cristo?  No, porque esta frase refiere a una cosa, no a una persona.  El pronombre “lo” es neutro, se refiere a algo, en contraste a algo masculino o femenino.  ¿Entonces, qué es “lo perfecto”?   En el griego, la palabra perfecto no contiene la idea común de hoy, de “sin pecado”.  Mas bien, la idea es completo, maduro y esto cuadra perfectamente con el contexto—“lo que es en parte” es comparado con “lo perfecto” o sea, lo completo.  Si “en parte” refiere a la revelacíon incompleta que fue la profecia, las lenguas, etc. “lo completo” refiere a la revelacion completa—la revelacíon completa, escrita, la cual conocemos como LA BIBLIA.

 

Entonces, ¿cuándo acabaron los dones milagrosos?  Cuando la revelacíon fue completa, revelado y disponible a todos.  El libro de Apocalipsis, el último libro escrito, fue escrito cerca del año 90.  Ya con todo escrito, no habia necesidad de los dones milagrosos.  No es que al poner la última letra a este libro, se acabaron de una vez los dones, sino mas bien, poco a poco.  Los hermanos/as que tenian los dones todavia los tenian, pero cuando ellos fallecieron, uno por uno, acabaron los dones de profecia, hablar en lenguas, sanidad divina y los demas.

 

Eso cuadra con el hecho de que los dones milagrosos fueron dados solamente con la imposicíon de los manos de un apostol.  Mientras vivian los apostoles, aun uno, los dones fueron dados.  Pero cuando fallecio el último apostol, ya no podian dar estos dones y cuando las personas que los habian recibido muerieron, los dones milagrosos murieron con ellos.  Los propósitos de los dones milagrosos fueron, mayormente, confirmar la palabra de los que predicaban y guiar los apostoles a toda verdad.  Con la revelación completa, escrita ya no fueron necesarios los dones.  La Palabra escrita confirma que lo dicho es lo que Dios manda.  De igual manera, por la Biblia tenemos “todas las cosas qu pertenecen a la vida y a la piedad” (2 Ped. 1:3).  Ya no necesitamos los dones milagrosos.

 

Por eso entiendo que la Biblia enseña que los dones milagrosos ya no estan en vigor.  En el plan de Dios, siempre eran por un tiempo definido—“hasta que venga lo completo”.  Ya vino hace unos 2,000 años.  Muchas veces surge una pregunta en este momento, “¿Entonces, Ud. Cree que Dios no obra en este mundo hoy en día?”   Claro que Dios sigue obrando en este mundo, él responde a nuestras oraciones y siempre cuidando de los suyos.  Ahora la diferencia es que él no usa los dones milagrosos.  ¿Puede Dios sanar hoy en día?  Entiendo que si, y eso sin la intervención de hombres.  Santiago nos recuerda, “la oración del justo puede mucho.”

 

Autor del artículo: Tol Burk

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